El embarazo y el periodo de post parto están asociados a cambios en las actitudes y comportamientos hacia la alimentación independientemente de padecer o no un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).
Diversos estudios muestran como pacientes con TCA mejoran los síntomas (purgas, atracones e ideas relacionadas con el trastorno) de forma significativa durante el embarazo. Sin embargo, la frecuencia o intensidad de los síntomas vuelven a niveles iniciales tras el parto. Este hecho, sucede en los distintos grupos de TCA (Bulimia Nerviosa, Anorexia Nerviosa y TCANE). Por ello, el embarazo podría ser un buen momento para identificar y animar a estos pacientes para que se pongan en tratamiento. Dado que durante el embarazo una mujer con TCA, es capaz de realizar cambios en el TCA, el dotar a estas mujeres de un tratamiento en este momento, podría favorecer que los cambios perduraran más en el tiempo.
(Información obtenida en Eating Disorder symtoms in Pregnancy: A Prospective Study. Internacional Journal of Eating Disorders 2008; 41: 277-279)